Cada uno tiene sus torpezas y habilidades, y al Hombrerrante, ya desde pequeño, lo que mejor se le dio fue perderse y confundirse. Errar, en definitiva.
Este blog trata de estos yerros, perfeccionados con el paso de los años, y también de las conversaciones que los acompañaron. Va de autobuses y kilómetros, de apuntes, de paisajes, de libros de viaje.
Su propósito es dibujar con las palabras un mapa en las paredes de la habitación (y también en googlemaps), cartografíar, si es posible, el propio extravío. Porque, aunque supuestamente los atlas sirven para orientarnos, nada nos impide utilizarlos para justo lo contrario.
Ya lo dicen los sabios: errar es de humanos, así que erremos, ¿acaso la vida no va precisamente de eso?
