Cervezas y tráfico, vino y centros comerciales, gambas y turrón en cantidades malsanas… Sí, me refiero a las navidades, aunque no estas sino las de hace unos años. Entonces no había crisis y la gente estaba feliz aunque el Madrid… Leer más ›
África
Hay días en la vida (y II)
Hay días mejores y peores, emocionantes y aburridos; días que se desvanecen después de unas horas o que –como aquel 13 de agosto– permanecen para siempre en el recuerdo. Ya he hablado de la Langue de Barberie, cerca de Saint… Leer más ›
Hay días en la vida (I)
“Anything can happen in life especially nothing?, mainly nothing” dice una canción de Piano Magic. Y es verdad. Pasan días, meses e incluso años llenos solo de trabajo, rutina y cervezas; horas y horas de aburrimiento aguardando el instante, siempre… Leer más ›
El viaje sin retorno (El cielo protector)
Viajamos para dar tregua al estrés, para recuperar las fuerzas, a nosotros mismos y cambiar por unos días de horarios o de paisaje. Viajamos por estas y muchas otras razones –no podría enumerarlas todas aquí–, pero lo hacemos principalmente para… Leer más ›
Atardecer
Atardece en Teli. Enrojecen los muros de barro, las antiguas casas de los pigmeos y la falaise de la que cuelgan. Hasta el polvo que se levanta al caminar es rojo. Todo tan rojo y yo sintiendo una vez más… Leer más ›
Un soneto
Como casi todo el mundo (y aunque nunca fui muy bueno), escribí poemas en la adolescencia.
Este verano (aún no entiendo bien porqué) volví a sentirme inspirado para el verso durante las diez horas que pasé en un autobús yendo de Mopti a Bamako.
Mientras me abanicaba y acababa una nueva botella de agua escribí (en un gesto entre clásico y postmoderno) este soneto en el teléfono móvil.
Que lo disfruten (…).
La casa de los esclavos de Gorée
Gorée es una minúscula isla situada frente a las costas de Dakar, un lugar tranquilo, bonito y turístico. Merece la pena darse un paseo por sus calles adormiladas y subir hasta el fuerte donde aún quedan cañones de la Segunda… Leer más ›
Mon diarrhée
Había escapado de ella durante la semana que llevaba en África, pero sabía que tarde o temprano me alcanzaría. Fue en Djiffer cuando al fin lo consiguió, en un pueblo de pescadores situado a la entrada del delta del Siné Saloum…
Los colores de África
Fuimos hasta Djifer en un 4×4 de una pareja de franceses junto a sus tres niñitos de nombres tan extravagantes como Adele, Leonidas y Teofile (es importante llamar adecuadamente a los hijos de quien te lleva en su coche). Éramos en total seis personas y, aunque un poco apretados, al menos Isa y yo estábamos contentos de habernos ahorrado esperar durante horas al transporte público…