Anoche tuve un sueño. Creedme si os digo que en esta ocasión no estaba provocado por los excesos del alcohol.
Cientos de hombres con barba, con camisas negras y chaquetas de cuero estaban reunidos en el gran bazar de Teherán. Debían celebrar una de esas fiestas religiosas chiíes. Parecían tristes o abrumados aunque, al mismo tiempo, se leía en sus rostros un gesto de determinación que daba un pelín de miedo. Desde los altavoces se escuchaba una y otra vez una misma letanía. Y ellos la repetían, sufriendo y golpeándose. Pobrecillos.
Pero, como ya dije, debía ser un sueño. Además de golpearse el pecho, aquellos hombres barbudos hacían otros gestos poco apropiados para su religión. ‘Giro a la derecha, giro a la izquierda, ¡esas manos, más arriba!’ parecía estar diciendo el líder religioso a través del micro, cada vez más animado. A veces hasta me parecía percibir en su lengua incomprensible ecos latinos, algo así como ‘ai, ai, se eu te pego, ai, ai’, dicho con un cierto regodeo del sufrimiento. Pero no me dio tiempo a escuchar más porque, justo al inicio de la segunda estrofa, me desperté sobresaltado. Eran las cuatro de la madrugada en un hotel con la calefacción demasiado alta, en Teherán. De todos los lugares posibles, el menos apropiado para pensar en Michel Telo. Ay, ay.
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jajajaaa.. Despertarse con Michel Teló de fondo.. NO TIENE PRECIO. Los sueños, sueños son, Calvin
jajajajaaaa
Pues yo tuve una pesadilla con navajeros barbudos, por haber cenado demasiado. No lograba cargármelos a todos, así que escapé despertando. Saludos.
A veces no es suficiente con despertar, sobre todo si estás en Irán. Me parece que ni veinte Michel Teló podrían luchar contra la república islámica. Un saludo!