En casi todo el mundo las paradas de autobús suelen estar llenas de anuncios. Los hay enormes, de grandes empresas, y también otros escritos a mano o impresos en la fotocopiadora de la esquina. Mientras esperas puedes enterarte de que han abierto un nuevo bar, de que hay una fiesta universitaria o de que se alquila una habitación cerca de la iglesia. Sin embargo, este tipo de anuncios (que además suelen incluir un vistoso fleco de teléfonos para llevar), no son los usuales en Bulgaria. Las necesidades deben ser otras allí. Parece que, más que encontrar un pintor para el salón o vender una bicicleta de segunda mano, lo que de veras interesa a los búlgaros es conocer las últimas muertes de la región. O al menos eso es lo que entendí ante la profusión de esquela-pósters que se ven en los portales y las paredes, en las paradas de autobús. Lugares tan validos como cualquier otro para reflexionar sobre la fugacidad de la vida.
Fotos del autor.
Sic transit gloria mundi. En transporte público.
No sabes cuánto puede tardar, pero llega seguro.
Una entrada muy, muy curiosa.
La verdad es que en Bulgaria hay muchas cosas curiosas además de los esquela-pósters. No me extrañaría ver a la dama de la guadaña en transporte público. De hecho creo que la vi sentada en el metro de Sofía, afortunadamente no a mi lado 😉